Viviendo en un acuario

Clasificación:
- Reino: Animalia.
- Filo: Chordata.
- Subfilo: Vertebrata.
- Superclase: Osteichthyes.
- Clase: Actinopterygii.
- Subclase: Neopterygii.
- Infraclase: Teleostei.
- Superorden: Acanthopterygii.
- Orden: Perciformes.
- Familia: Cichlidae.
- Subfamilia: Geophaginae.
- Tribu: Geophagini.

Distribución:
Países: Colombia, Venezuela, Guyana Francesa y Surinam, como fauna exótica se les ha capturado desde 1982 en los canales del condado de Dade en el estado de Florida (EE.UU.)

Zonas: En la cuenca alta del río Magdalena en los dos primeros países, aunque cabe agregar que está en discusión su presencia puesto que muchos ejemplares catalogados como G. surinamensis han dado lugar tras los estudios realizados por los ictiólogos a nuevas especies, en los ríos Saramacca, Suriname y Marowijne en Surinan siendo el último río compartido con la Guyana Francesa.

Hábitat:
Habita en los fondos lodosos o con arena y preferentemente donde el agua tenga escasa corriente.

Forma:
Comprimido lateralmente, tiene el cuerpo ovoide, siendo la mitad anterior más grande que la posterior. Destaca la cabeza angulada con su largo hocico, como la alta posición de los ojos, su boca es protráctil y está dispuesta en la zona inferior acorde a sus hábitos alimenticios.
La aleta caudal es truncada y en los ejemplares adultos posee prolongaciones filamentosas en ambos extremos. Su línea lateral se bifurca antes de llegar al pedúnculo caudal.

Coloración:
El color base va desde gris al verde oliva. Los puntos iridiscentes pueden ser rojos, azules, amarillos o verdes. Sus aletas, a excepción de las pectorales, cuentan con un patrón de líneas rojas y azules.

Tamaño:
Entre 18-20cm. En estado salvaje se desarrollan hasta los 35cm.

Esperanza de vida:
Entre 10-15 años

Diferencias sexuales:
Los machos son más grandes y coloridos que las hembras, además los ejemplares adultos desarrollan una giba característica que también está presente en algunas especies de los géneros Geophagus y Gymnogeophagus, asimismo desarrollan prolongaciones filamentosas en la aleta anal y en ambos márgenes de la aleta caudal.

Acuario:
A partir de 250 litros para un trío, aunque se sienten mejor en acuarios mucho más grandes (de unos 600 litros en adelante) y en compañía de varios congéneres. El tanque deberá de contar con sustrato conformado por arena de río o por cantos rodados de pequeña granulometría, piedras dispuestas a modo de losetas, cavidades (han de ser estructuras sólidas), de haber plantas tienen que ser de especies robustas, con grandes raíces y que los tallos estén rodeados de piedras, no obstante lo que nos dará más juego e impacto visual será la combinación de troncos, piedras y arena de río.

Características del agua:
pH: Entre 6.0 y 7.6
GH: Entre 3 y 15º dGH.
Temperatura: Entre 24 y 32ºC, en acuarios lo ideal es entre 26 y 28ºC.

Alimentación:
Con su boca protráctil busca alimento removiendo el sustrato, llevando a su boca trozos de lodo, fango o bocados de arena –no en vano es un “cometierra”– quedándose con los minúsculos seres vivos y devolviendo tanto por la boca como a través de sus agallas la materia no digerible.

En cautividad aceptará dafnias, artemias, gusanos grindal, larvas de insectos, etc. también comerá aporte vegetal específico como la espirulina de forma eventual y de a poco se habituará al alimento seco (hidratar previamente los gránulos y/o escamas en la propia agua del acuario).

Comportamiento:
Pacifico a excepción de la época de cría. Se puede mantener sin problemas con peces de tamaño medio. Los machos se volverán agresivos entre ellos en época de cría.

Reproducción:

Tras el cortejo limpiarán cuidadosamente una piedra o realizarán un hoyo en el sustrato, una vez limpia la zona la hembra desovará entre 50 y 150 huevos de color amarillo.

Son incubadores bucales larvófilos, es decir, que una vez que eclosionan los huevos, las larvas son inmediatamente llevadas a la cavidad bucal de los padres, quedando en su interior para su terminar su desarrollo.

Una vez transcurrido este periodo, los alevines ya poseen el tamaño suficiente para poder alimentarlos con  infusorios, nauplios de artemia  y alimentos preparados en pequeños trozos.

Durante la noche y ante cualquier peligro los alevines rápidamente irán a la boca de sus padres.

El cuidado por parte de los padres supera las cuatro semanas.

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